miércoles, 15 de octubre de 2014

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA TERESA DE JESÚS


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Se hace hoy memoria de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Hoy da comienzo el V centenario conmemorativo de su nacimiento el 28 de marzo de 1515 en Avila, ciudad de España. Reformadora de la Orden para una observancia más estrecha, hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado, y compuso libros en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su experiencia. Murió el 4 de octubre de 1582.
Presentando a la Virgen María como modelo de toda virtud, decía  a sus hijas: “Parezcámonos en algo a la gran humildad de la Virgen Santísima.”
Señor mío Jesucristo… 
MISTERIOS GLORIOSOS
Primer misterio: La Resurrección del Señor
¡Ay de mí, ay de mí, Señor!, que es muy largo este destierro y pásase con grandes penalidades del deseo de mi Dios. Señor, ¿qué hará un alma metida en esta cárcel? ¡Oh Jesús, qué larga es la  vida del hombre, aunque se dice que es breve!; breve es mi Dios, para ganar con ella vida que  no se puede acabar, mas muy larga para el alma que  se desea ver en la presencia de su Dios  ¿Qué remedio dáis a este padecer?, no le hay sino cuando se padece por vos (Exclamaciones  15,1)
Segundo misterio: La ascensión del Señor
Poned los ojos en vos y miraos interiormente…, hallaréis a vuestro Maestro, que no os faltará
(Camino 29,2)
Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo
¡Oh ánima mía! Considera el gran deleite y gran amor que tiene el Padre en conocer a su Hijo,  y el Hijo en conocer a su Padre, y la inflamación con que el Espíritu Santo se junta con ellos, y  como ninguna se puede apartar de este amor y conocimiento porque son una misma cosa (Exclamaciones, 7)
Cuarto misterio: La asunción de María a los cielos
¿Quién es esta doncella? Ella es hija de Dios Padre, relumbra como una estrella (Poesía 13)  
Quinto misterio: La coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado
Era grandísima la hermosura que ví en nuestra Señora, aunque por figuras no determiné ninguna  particular, sino toda junta la hechura del rostro, vestida de blanco con grandísimo resplandor, no  que deslumbra, sino suave. (Libro de la Vida, 33,14)