miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL ROSARIO DE HOY CON SAN GUIDO MARÍA CONFORTI


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931). Con algunos pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“no debemos olvidar que lo que salva no es el sentimiento de estéril admiración, sino la imitación de lo que Él ha hecho, por lo que sus ejemplos y preceptos deben ser para nosotros enseñanza.  Debemos por tanto triunfar en nosotros mismos del pecado, de las pasiones desordenadas, de las malas  costumbres, si queremos un día resurgir gloriosamente con Cristo. Ardua es la empresa, pero el  Maestro Divino nos ha revelado el secreto de la victoria, cuando nos ha enseñado a pedir a su Padre  celeste la gracia de este triunfo con aquellas palabras con las que al mismo tiempo se clausura y son el  epílogo de la oración dominical: Líbranos, oh Señor, del mal.”
2.- La Ascensión del Señor
“Es verdad que antes de conseguir este reino debemos pagar el tributo de la fragilidad humana y dejar esta baja tierra, pero para el que cree, la muerte nunca debe aterrorizar debiendo ser el puente de pasaje del tiempo a la eternidad, de las penas de la vida caduca a los gozos de una vida interminable.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“La caridad cura y purifica nuestras almas de sus manchas y sirve como escalera para subir hacia Dios.”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“Dolor y muerte son consecuencias del pecado y en las manos de Dios se convierten en fuente de gozo y vida.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

“Amado sobre todas las cosas, Dios comunica al justo, cuanto un ser finito es capaz de contener, la  inmensidad de su bondad y le hace derramar después sobre los otros todo el bien que le dona. De donde  es legítima consecuencia la caridad hacia los hermanos, parientes y extranjeros, amigos y enemigos,  justos y pecadores que abraza con el mismo deseo de bien.”