jueves, 29 de enero de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SAN FRANCISCO DE SALES


Monición inicial: Celebramos hoy en el calendario de la Forma Extraordinaria, la memoria de san Francisco de Sales, obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Con su incansable ardor pastoral y su predicación hizo volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. Fundó, junto con santa Juana de Chantal, la Orden de la Visitación. Murió el 28 de diciembre de 1621.
Meditamos hoy los misterios luminosos del rosario con pensamientos de San Francisco de Sales. “Nuestro Señor es como el sol que va por todo” –decía él: confiados que este Sol nos viene por María, la invocamos a ella pidiéndole: Madre mía, dame a Jesús, sol de mi vida.

MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“¡Oh, cómo el espíritu de San Juan estaba lejos del espíritu de este mundo! El no solía hacer hermosos discursos para contestar [...] que él no era el Cristo. [...] Percibiendo que lo tenían por quien no era, él se contenta con decir, en una sola palabra, que él no era quien ellos juzgaban que fuera. Nosotros somos tan cuidadosos de acoger bien los honores que nos dan; [...] uno tanto aprecia dignidades y elogios!.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
Entonces, es una oración muy buena contentarse con la presentación de sus necesidades a Nuestro Señor, poniéndolas ante los ojos de su bondad y dejar el resto a El para resolver, con la certidumbre de que El nos atenderá según nuestras necesidades, cuando uno se encuentra en la sequedad, la desolación y en el “abatimiento” y decirle, a según el ejemplo de la Virgen: “Señor, heme aquí, pobre que soy, desolado, afligido, repleto de frialdad y aridez, el más pobre de todos y lleno de pecados.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
La penitencia nos reconcilia y nos reúne a Dios, de quien estábamos separados por el desprecio: en la medida que ella nos retira del pecado por motivo del arrepentimiento, ella nos une a Dios por razones de amor.
4.-La Transfiguración del Señor
La persona está en gran peligro en la consolación, pues no se sabe si ama las consolaciones de Dios, o entonces, al Dios de las consolaciones! (cf. II Cor 1,3) Pero, en la aflicción, no hay que temer, siempre que uno sea fiel.
5.- La institución de la Eucaristía

Sí, deberíamos hacer cien mil adoraciones, cada día, de ese divino Sacramento, como reconocimiento del amor con que Dios habita con nosotros. Es esa la consideración que debemos hacer para la alegría de nuestra fe.