viernes, 3 de abril de 2015

CÁNTICO DE ADORACIÓN Y HACIMIENTO DE GRACIAS AL REY DEL CIELO Y TIERRA CRISTO JESÚS, MIENTRAS DESCANSA EN EL SEPULCRO. Oración de San Enrique de Ossó



Yo te adoro, cuerpo de Cristo, desfigurado, muerto y llagado por mi amor.
Bendito seas... Cielos y tierra te glorifiquen y den loor.
Yo os adoro, llagas sagradas del Redentor.
Seáis benditas, porque os recibe por mi amor.
Yo te adoro, taladrada por las espinas, cabeza del Hijo de Dios.
Bendita seas, porque padeciste  por mi amor.
Yo os adoro, sagradas sienes, desgarradas por corona de dolor.
Seáis benditas, porque sufristeis tan gran tormento por mi amor.
Yo te adoro, hermoso rostro, afeado y demudado por el dolor.
Bendito seas, pues lo sufriste por mi amor.
Yo os adoro, ojos piadosos y amorosos, eclipsados por la muerte.
Seáis benditos, pues la aceptasteis por mi amor.
Yo te adoro, lengua divina, amargada con la hiel y vinagre, órgano del Espíritu del Señor.
Bendita seas, porque enmudeces... por mi amor.
Yo os adoro, oídos santos, cerrados al mundo, que oísteis los clamores del pobre y del pecador.
Seáis benditos, porque os cerrasteis por mi amor.
Yo os adoro, manos divinas de mi Salvador, heridas por hacer bien a los hombres.
Seáis benditas, pues trabajasteis... por mi amor.
Yo te adoro, pecho florido, lugar de gloria, torre de fuertes, casa de bienes, centro de amor.
Bendito seas, pues tus tesoros son ricas dádivas al pecador.
Yo te adoro, costado abierto, puerto del cielo, nido del alma, lecho florido, fragua de amor.
Bendito seas, amor de mi alma, costado abierto del Redentor.
Yo te adoro, Corazón Santo, amor del alma, fuente de amor.
Bendito seas, porque Tú eres mi cielo y gloria, mi bien y amor.
Yo os adoro, pies lastimados, buscando en vano al que huye del
Salvador.
Seáis benditos, pues os cansasteis  por mi amor.
Yo te adoro, Sangre de Cristo, rubí precioso, rosa florida de suave olor.
Bendita seas, porque manaste por mi amor.
Yo te adoro santo sudario porque envuelves a mi Amor.
Bendito seas, porque provees a su pobreza por mi amor.
Yo te adoro, santo sepulcro: feliz encierras, rico tesoro, mi Salvador.
Bendito seas, tan glorioso, en ti me encierro, y te ruego guardes mi corazón.
Santo sepulcro, llagas sagradas, cuerpo de Cristo, noble sudario, todos os loen y den honor.
Porque benditos son tus tesoros, y en la mi muerte con ellos duerma, muera y repose mi corazón. Amén.