domingo, 12 de abril de 2015

REAFIRMEMOS NUESTRA FE


COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DÍA 
DOMINGO IN ALBIS. FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

"¡Cristo ha resucitado, aleluya!". (…) El Evangelio que acabamos de escuchar nos dice que san Pedro y san Juan corrieron a la tumba vacía, y que san Juan "vio y creyó" (Jn 20,8). Aquí, en Tierra Santa, con los ojos de la fe, vosotros, junto con los peregrinos de todo el mundo que llenan sus iglesias y santuarios, gozáis de la bendición de "ver" los lugares santificados por la presencia de Cristo, por su ministerio terreno, por su pasión, muerte y resurrección, y por el don de su Espíritu Santo. Aquí, como el apóstol santo Tomás, tenéis la oportunidad de "tocar" las realidades históricas que se encuentran en el fundamento de nuestra confesión de fe en el Hijo de Dios. La intención de mi oración por vosotros hoy es que sigáis, día a día, "viendo y creyendo" en los signos de la providencia de Dios y en su infinita misericordia, "escuchando" con renovada fe y esperanza las consoladoras palabras de la predicación apostólica, "tocando" los manantiales de la gracia en los sacramentos, y encarnando para los demás la prenda de nuevos inicios, la libertad nacida del perdón, la luz interior y la paz que pueden traer salvación y esperanza incluso en las realidades humanas más oscuras.
En la iglesia del Santo Sepulcro, los peregrinos de todos los siglos han venerado la piedra que, según la tradición, estaba ante la entrada de la tumba en la mañana de la resurrección de Cristo. Volvamos frecuentemente a esa tumba vacía. Reafirmemos allí nuestra fe en la victoria de la vida, y oremos para que toda "piedra pesada", colocada en la puerta de nuestro corazón, bloqueando así nuestra completa sumisión al Señor en la fe, la esperanza y el amor, quede desplazada por la fuerza de la luz y de la vida que en aquella mañana de Pascua resplandeció desde Jerusalén para todo el mundo. ¡Cristo ha resucitado, aleluya! ¡Ha resucitado verdaderamente, aleluya!

Benedicto XVI, 12 de mayo de 2009