jueves, 14 de mayo de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA GEMA GALGANI


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace hoy memoria en algunos lugares de santa Gema Galgani, virgen, quien, insigne por la contemplación de la Pasión y por los dolores soportados con paciencia, a la edad de veinticinco años consumó su angélica vida el día de Sábado Santo († 1903). Con algunos párrafos de su Diario meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Me arrodillé delante de Jesús, y llorando le dije: «Pero, ¿cómo, Jesús mío, no estás todavía cansado de sufrir tanta frialdad?» «Hija - me respondió -, haz de modo que no pase día sin que vengas a mí, procura tener el corazón limpio y adornado lo mejor que puedas. Aleja de tu corazón todo amor de ti misma, y todo lo que no sea enteramente mío, y luego ven a mí y no temas».
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“Madre mía, tengo miedo de ir en busca de Jesús sin Vos, porque, aunque misericordioso, sé que he cometido muchos pecados y sé también que Jesús es justo en el castigo. Os pido una cosa grande, ¿no es verdad, Madre mía? Pero ¿Qué he de hacer si lo que he perdido por mis pecados no lo hallo sino por mediación vuestra? Por lo demás, poco es lo que yo pido al lado de lo mucho que Vos podéis hacer por mí”.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Dios mío haz un manojo de mis perversas inclinaciones y acércalo a tu Corazón, para que con el fuego de tu amor se consuma. Bien sé, Dios mío, que no soy digna de tanta solicitud, pero pondré especial empeño en domar mis pasiones; te prometo no acercarme a tu Mesa sin haberme antes vencido a mí misma.”
4.-La Transfiguración del Señor
““Sé muy bien, ¡oh Jesús! todo lo que puede, todo lo que vale tu manjar eucarístico… Sacramento Santo: recíbeme, recógeme…., cédeme una partecita de su sagrario para mi quietud y descanso. ¡Oh Jesús, amor mío, bien increado! ¿Qué sería de mí si no me hubieras rodeado de amorosos desvelos? Ábreme, Jesús, la puerta de tu corazón. Franquéame la entrada de tu pecho sacramentado. Yo te abro el mío de par en par: introdúcete en él, ¡oh divino fuego!... Abrásame, consúmeme, Jesús. Mas ya siento en mi interior un extraño incendio… ¡Pluguiese a Ti que todo me devorase!.”
5.- La institución de la Eucaristía
“Entiendo que no me has dado riquezas terrenas y perecederas, pero me has dado la verdadera riqueza que es el manjar eucarístico. ¿Qué mereciera yo si no consagrase todas mías ternuras a la sagrada hostia? ¡Oh!, sí; lo comprendo, Señor; para obligarme  a merecer el Cielo, me lo das ya adelantado en la Tierra