lunes, 18 de mayo de 2015

QUÉ LA AMES, SÍ, PERO QUE LA IMITES EN TODA SU PRECIOSA VIDA. Santa Rafaela María del Sagrado Corazón


-“¡Qué alegría me da que sigas siento tan devota de la Stma. Virgen!... Mas esto no basta, más quiere de ti la Stma. Virgen; que la ames, sí, pero que la imites en toda su preciosa vida. Para todos es modelo, como tú sabes, y para ti ahora que la imites en la vida que hacía en su casita de Nazaret. Bien sencilla por cierto, como puede ser la tuya: primero, cumplir sus deberes para con Dios y después muy tranquilamente cuidar del aseo de su casita, coser o hilar, y tenerlo todo muy bien y a tiempo a su Niñito querido y al bendito san José, y vivir muy tranquila y contenta en aquel pequeño rincón del mundo, desconocida de todas las criaturas, menos con aquellas que por parentesco o amistad debía cumplir, y nada más, y hacer de su casita un paraíso con la amabilidad de sus maneras y cuidado y atenciones con todos, lo mismo fuera que dentro…
Imítala, hija mía, pero de verdad, que te es muy fácil en las circunstancias en que te encuentras…”.

“Acógete bien a tu Madre, imítala, y aconséjate siempre de Ella y piensa siempre en todo lo que piensas hacer, si a ella le gustaría si estuviese presente. Si crees que no le gustaría, no lo hagas, por su amor, y ofrécele el sacrificio; y si crees que le gustaría, hazlo por complacerla, y verás el pago tan bueno que te da. Yo te encomiendo siempre a Ella de corazón”. (Roma, abril y mayo del 97).