jueves, 12 de noviembre de 2015

EL ROSARIO DE HOY POR NUESTROS DIFUNTOS CON BENEDICTO XVI


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: En este mes de noviembre se nos invita con varias celebraciones y conmemoraciones a considerar las verdades sobre las realidades últimas del hombre, los novísimos: muerte, juicio, purgatorio, cielo, infierno. Ayudados por enseñanzas de S.S. el Papa Benedicto XVI meditaremos en estas verdades; confiados en la poderosa intercesión de la Virgen a la que cada vez que la invocamos en el Avemaría, le pedimos que ruegue por nosotros ahora, pero también en la hora de nuestra muerte. 
Tengamos una intención especial por nuestros familiares, amigos y bienhechores difuntos; pidamos por el eterno descanso de las almas del purgatorio más necesitadas y olvidadas.
*** Después de cada misterios se puede añadir:
V/. Requiem aeternam dona eis, Domine.
R/. Et lux perpetua luceat eis.
V/. Requiescant in pace.
R/. Amén.

V/. Dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua.
V/. Descansen en paz.
R/. Amén.

Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Tanto antes como después de la muerte estamos con Cristo y por esto, desde aquel momento del Bautismo en adelante, la muerte ya no es un verdadero confín.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“El hombre es polvo y al polvo volverá, pero a los ojos de Dios es polvo precioso, porque Dios ha creado al hombre destinándolo a la inmortalidad.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Quien muere en pecado mortal, sin arrepentimiento, encerrado en el rechazo orgulloso del amor de Dios, se excluye a sí mismo del reino de la vida.”
4.-La Transfiguración del Señor
“El cristianismo no anuncia sólo una cierta salvación del alma en un impreciso más allá, en el que todo lo que en este mundo nos fue precioso y querido sería borrado, sino que promete la vida eterna, “la vida del mundo futuro”: nada de lo que para nosotros es valioso y querido se corromperá, sino que encontrará plenitud en Dios.”
5.- La institución de la Eucaristía
“La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él.”

La fe nos dice que la verdadera inmortalidad a la que aspiramos no es una idea, un concepto, sino una relación de comunión plena con el Dios vivo: es estar en sus manos, en su amor, y transformarnos en Él en una sola cosa con todos los hermanos y hermanas que Él ha creado y redimido, con toda la creación