viernes, 8 de enero de 2016

EL CORAZÓN DE JESÚS, ÚNICO REMEDIO PARA EL CORAZÓN DEL HOMBRE REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 27)


EL CORAZÓN DE JESÚSÚNICO REMEDIO PARA EL CORAZÓN DEL HOMBRE
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 27)
27 En el actuar gratuito de Dios Creador se expresa el sentido mismo de la creación, aunque esté oscurecido y distorsionado por la experiencia del pecado. 
Ante el don de gratuidad que Dios mismo manifiesta en su creación y en su actuar salvífico, vemos desde los orígenes, el pecado.
Pecado que es rebelión contra Dios, pecado que es búsqueda de una autonomía sin contar con Dios, pecado que es querer ser dioses de la propia existencia, pecado que es no reconocer este amor de Dios.
El pecado establece un estado de injusticia con Dios, con uno mismo, con los demás y con la misma naturaleza. Todo queda quebrado, dañado, herido… la concupiscencia vicia la relaciones, las imposibilita, las somete a la dominio de las pasiones que nacen en el corazón del hombre.
Y, en el pecado está también la raíz última y el inicio de las injusticias que se viven en la sociedad: injusticias económicas, laborales, racismos, explotación… etc… Si esto no lo comprendemos así, no podremos arreglar y salvar nuestro mundo. Es necesario curar el corazón del hombre.
Como nos recordó recientemente nuestro obispo D. Braulio refiriéndose a la violencia mal denominada de género: “por muy buenas leyes que existan o salgan de nuestros parlamentos, el ser humano es interioridad y poco se puede hacer si no se cambia por dentro. ¿Las leyes positivas pueden sin más cambiar ese corazón? Sinceramente no lo creo.”

Solamente Jesús puede curar el corazón del hombre, por eso Jesús es la respuesta mejor a los problemas del hombre de hoy. Con su gracia que se nos da en los sacramentos, con su perdón y con la acción transformadora del Espíritu Santo, el corazón del hombre viejo puede llegar a ser un corazón semejante al Corazón de Jesús.