miércoles, 15 de junio de 2016

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (DÍA 15)



PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
“Las más amargas tristezas son dulzuras en su adorable Corazón, donde todo se cambia al amor.” 

MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible; considera: 
1. Jesús ha dicho: "Triste está mi alma hasta la muerte." En la agonía en Getsemaní, Jesús quiso experimentar como nosotros el pesar de la prueba y angustia del sufrimiento. Dice santo Tomás Moro: "Una mole abrumadora de pesares empezó a ocupar el cuerpo bendito y joven del Salvador. Sentía que la prueba era ahora ya algo inminente y que estaba a punto de volcarse sobre El: el infiel y alevoso traidor, los enemigos enconados, las cuerdas y las cadenas, las calumnias, las blasfemias, las falsas acusaciones, las espinas y los golpes, los clavos y la cruz, las torturas horribles prolongadas durante horas. Sobre todo esto le abrumaba y dolía el espanto de los discípulos, la perdición de los judíos, e incluso el fin desgraciado del hombre que pérfidamente le traicionaba. Anadea además el inefable dolor de su Madre queridísima. Pesares y sufrimientos se revolvían como un torbellino tempestuoso en su corazón amabilísimo y lo inundaban como las aguas del océano rompen sin piedad a través de los diques destrozados." Todo eso quiso sufrir y padecer para compadecerse de nosotros y enseñarnos como hemos de acudir al Padre en esos momentos y como ha se ser nuestra oración: "Padre, si puedes aparta de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya". 
2. Jesús ha dicho: "Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos." El verdadero amor es capaz de superar cualquier dificultad y sufrimiento porque da una motivación mayor que la misma realidad del dolor... Pensemos en algo tan habitual como es el dar a luz: es algo dolorosísimo, y en cambio, la mujer la supera por la alegría de ver el rostro de su hijo... así nos pasa en muchos aspectos de la vida... Adentrarnos en corazón de Jesús y transformar nuestro sufrimiento en amor... Cuesta, pero con su gracia es posible: busca motivos.   

Da gracias al Señor por este momento de meditación y antes de terminar haz algún propósito concreto, realista y firme para vivir lo meditado.