sábado, 10 de septiembre de 2016

ROSARIO DE LOS EMIGRANTES E ITINERANTES



ROSARIO DE LOS EMIGRANTES E ITINERANTES
PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PASTORAL
DE LOS EMIGRANTES E ITINERANTES.
Santo Rosario
Por la señal…
Señor mío Jesucristo.

MISTERIOS GOZOSOS
1.- La anunciación y encarnación.
«El ángel le dijo: “… Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús”» (Lc 1, 30-31).
Oremos por los gitanos, para que, siguiendo el ejemplo de María, dóciles a la acción del Espíritu Santo y con la ayuda de los cristianos comprometidos en su mundo, comprendan el valor de su vocación y de su misión en la Iglesia y en la sociedad.
2.-La Visitación de Nuestra Señora
“«En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1, 39-40). 
Oremos en particular por los jóvenes del mundo del Circo y de los Parques de Atracciones, para que sepan sacar del rico patrimonio artístico y cultural de sus antepasados aquellos tesoros que son el gozo y la alegría, y los sepan transmitir, a fin de manifestar a todos la belleza y la bondad de Dios que resplandece en el rostro de Cristo. 
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
«Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada» (Lc 2, 6-7).
Oremos por todos los estudiantes que deciden continuar sus estudios en otro País, para que experimenten una acogida fraternal, que les ayude a una integración humana y cristiana, que redunde en un mayor beneficio para sus Naciones de origen.
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
«Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor... Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso... Impulsado por el Espíritu Santo fue al templo. Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres... Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios» (Lc 2, 22. 25. 27-28).
Oremos por la gente del mar de las diferentes nacionalidades, lenguas, culturas y religiones, para que su encuentro a bordo de las naves y en los puertos sea un encuentro entre hermanos y hermanas, como hijos del único Dios, y una celebración de la riqueza de los dones del Altísimo a todas las personas. Que bajo la guía del Espíritu Santo, el encuentro pueda llevarles al descubrimiento gozoso de la presencia, en medio suyo, de Cristo Redentor, Luz del mundo.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
«A los tres días, [sus padres] lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas... “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Él les contestó: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”» (Lc 2, 46. 48-49).
Oremos, para que la práctica religiosa de la peregrinación, vivida como una experiencia de fe en la oración y en el encuentro con Dios en los sacramentos, suscite en el corazón de los fieles gestos de caridad fraterna y los disponga a un renovado compromiso hacia el Señor y hacia los hermanos en el camino de la vida de cada día.