sábado, 24 de septiembre de 2016

SECUENCIA PROPIA DE LA MISA DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED



SECUENCIA PROPIA DE LA MISA DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Plaudat agmen captivórum,
Turba psallat christianórum,
Lætum sumat et decórum
In hac die cánticum.
   
Simul omnes exsultémus,
Atque grati celebrémus,
lucem tantam, qua gaudémus,
Vincla fracta cérnere.
   
Fulget jam dies benígna,
Qua cǽlitum plausu digna,
Suae celebránda signa
Caritátis éxhibet.
   
Ecce fidem, ecce vitam,
Astu plagis impetítam,
Fere tot malis contrítam,
Firmat Virgo Génitrix.
    
Ejulátus, et laménta,
Fidæ plebis, et torménta
Videns illa, non fuit lenta
Déxtera porrigere.
   
Ut discrimina solvántur,
Quibus mersi contristántur.
Atque in pátriam reducántur
Fide rursus íntegri.
   
Dum Noláscus cogitáret
Ut oppréssos liberáret,  
Et assíduis vacáret  
Meditatiónibus:
   
Clemens se fronte seréna,
Ut misséllos de catena,
Ipse levet Saracéna,
Illi dat conspícere.
  
Sibi gratum nimis fore
Nato quoque pronit ore,
Sacro si pro sui honóre
Ipse contat Órdine.
  
Cui præsértim sit curáre,
Ferro vinctos explicáre,
Sospitéque revocáre
A fera tyránnide.
  
Hoc insígne amóris rari
Opus jube asservári;
Et ut possi propagáre,
Palam docet álios.
  
Coepit Petro obsequéndo,
Cum sodálibus, vovéndo,
Si necésse sit, manéndo
In pignus, redímere.
    
Dulcis Institútrix nostra.
Matrem nobis te esse monstra
Et captívos réfove.
   
Ignem auge, fac præclaram
Atque Nato redde caram
Quam fundásti sóbolem.
  
Da quod tibi grati simus:
Et ut tártara possímus
Evitáre, cum abímus,
Vultum tuum éxhibe.
Amen. Allelúja.

ORATIO
Deus, qui per gloriosíssimam Fílii tui Matrem, ad liberandos Christi fidéles a potestáte paganórum, nova Ecclésiam tuam prole amplificáre dignátus es: præsta, quǽsumus; ut, quam pie venerámur tanti óperis institutrícem, ejus páriter méritis et intercessióne, a peccátis ómnibus et captivitáte dǽmonis liberémur. Per eúndem Dóminum nostrum Jesum Christum. Amen.
Aplauda el escuadrón de los Cautivos,
Y la ilustre tropa de Cristianos cante
En este día Cánticos solemnes,
Que el júbilo del ánimo declaren.
 
Mostremos todos juntos nuestro gozo,
Y agradecidos, este día grande
Celebremos, al ver ya quebrantadas
Las prisiones tiranas y fatales.
   
¡Ya resplandece aquel benigno día,
Digno de los aplausos celestiales,
Que de su heroica caridad nos muestra
Las más faustas, y célebres señales!
  
La Fe, a quien combaten las astucias
Del infiel, y la vida miserable
Entre tantos trabajos consumida,
Las restablece hoy la Virgen Madre.
  
La que viendo los llantos, los tormentos,
Y lamentos que sin consuelo esparcen
Los Cristianos en tan infeliz suerte,
Trata de remediarlos al instante.
  
Para sacarlos del continuo riesgo
En que viven, y de trabajos tales,
Y que se restituyan a su Patria,
Sin que fu Fe padezca algún desfalque.
  
Cuando Nolasco meditaba los medios
De poder al Cautivo libertarle,
Y a fin de hallarlos recurría al Cielo
En continua oración firme y constante.
  
La Madre de Clemencia se le muestra
Con un semblante celestial y afable,
A fin de que a los míseros Cautivos
De las cadenas Sarracenas saque.
  
Y le dice, que a Ella y a su Hijo
Juntamente, será muy agradable,
Si en honra suya, y con Su dulce Nombre
Un sagrado Orden de Piedad fundare.
  
Cuyo fin principal sea al Cautivo
Librar de las prisiones en que yace
Arrojado, y sacarle indemne y libre
De opresión tan tirana y lamentable.
  
Esta obra insigne de caridad rara
Ordena que puntualmente se guarde
Y para que el debido efecto tenga
A otros la misma revelación hace.
  
Obedeciendo Pedro a su precepto
Hizo solemne voto con sus Frailes
De redimir, y de quedare en Rehenes
Si la necesidad a ello obligare.
  
Dulce Fundadora nuestra,  Muestra que eres nuestra Madre,  Y socorre a los Cautivos En tantas necesidades.
   
Aumenta la caridad, Tu Orden logre el mayor auge,  Y hazla agradable a tu Hijo,  Puesto que Tú la fundaste.
   
Haznos siempre agradecidos
A ti: y para que en el lance
De la muerte nos salvemos
Muéstranos vuestro semblante.
Amen. Aleluya.

ORACIÓN
Oh Dios, que por intermedio de la gloriosa Madre de vuestro Hijo, habéis enriquecido a vuestra Iglesia con una familia religiosa consagrada a la redención de los cristianos caídos en poder de los infieles, dignaos, en vista de sus méritos y de su intercesión, conceder a los que la honran piadosamente como la fundadora de esta gran obra, la gracia de quedar libres de las cadenas del pecado y de la cautividad del demonio. Por J. C. N. S. Amén.