martes, 18 de octubre de 2016

EL ROSARIO DE HOY CON EL EVANGELIO DE SAN LUCAS





Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Es hoy la fiesta de san Lucas, evangelista, que nació en Antioquía de una familia pagana y era médico de profesión, se convirtió a la fe en Cristo. Fue compañero queridísimo de san Pablo apóstol, con cuidado colocó en el Evangelio todas las obras y las enseñanzas de Jesús, fue el escritor de la mansedumbre de Cristo, y narró en las Actas de los Apóstoles los inicios de la vida de la Iglesia desde el primer día hasta la estancia de Pablo en Roma. Es el evangelista que más no habla de la Virgen María y lo hace con una delicadeza y devoción exquisitas. Se le atribuye también la tradición de haber pintado un retrato de la Virgen María. Con los textos de su evangelio meditamos el rosario de hoy.
Tenemos una intención especial por las misiones y la evangelización de los pueblos.
Señor mío Jesucristo…


MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Salió y se encaminó, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: «Orad, para no caer en tentación». Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». Y se le apareció un ángel del cielo, que lo confortaba. En medio de su angustia, oraba con más intensidad. Y le entró un sudor que caía hasta el suelo como si fueran gotas espesas de sangre. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la tristeza, y les dijo: «¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en tentación».” (Lc 22, 39-46)
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Los hombres que tenían preso a Jesús se burlaban de él, dándole golpes. Y, tapándole la cara, le preguntaban, diciendo: «Haz de profeta: ¿quién te ha pegado?». E, insultándolo, proferían contra él otras muchas cosas.” (Lc 22, 63-65)
3. La coronación de espinas
“Levantándose toda la asamblea, lo llevaron a presencia de Pilato. Y se pusieron a acusarlo, diciendo: «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey». Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Él le responde: «Tú lo dices».  Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «No encuentro ninguna culpa en este hombre». Pero ellos insistían con más fuerza, diciendo: «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea hasta llegar aquí».” (Lc 23, 1-5)
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús. Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado”.  Entonces empezarán a decirles a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las colinas: “Cubridnos”; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?». 32 Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.” (Lc 23, 26-32)
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte. El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».  Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre,  diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».” (Lc 23, 33-38)