martes, 13 de junio de 2017

EL ROSARIO DE HOY CON SAN ANTONIO DE PADUA




Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace memoria de san Antonio, sacerdote y doctor de la Iglesia, que, nacido en Portugal, siendo canónigo regular, ingresó en la Orden de los Menores fundada desde hacía poco tiempo, para procurar la difusión de la fe entre las poblaciones de África, pero ejerció con mucho fruto el ministerio de la predicación en Italia y Francia, atrayendo a muchos a la verdadera doctrina; escribió sermones embebidos de doctrina y de finura de estilo y por mandato del mismo san Francisco enseñó la teología a sus cohermanos, hasta que en Padua regresó al Señor. (1195-1231). Con algunos de sus sermones meditamos el rosario de hoy:
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Roguemos al mismo Jesucristo, Hijo de Dios, y pidámosle insistentemente nos conceda llegar con espíritu contrito al desierto de la confesión y merezcamos recibir esta cuaresma, el perdón de nuestras iniquidades”.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“La habitual contemplación de Cristo paciente y despreciado, y el recuerdo de sus sacrificios, hacen insensibles los placeres y gozos de la tierra.”
3. La coronación de espinas
“Espinas son las riquezas. Y cuando pinchan hacen brotar la sangre. Bestias feroces son los pérfidos usureros, que roban y devoran. Raza maldita, se han desarrollado y esparcido por todas partes. No respetan ni al Señor ni a los hombres. A veces tienen la osadía e hipocresía de dar limosna que chorrea sangre de pobres.”
“Quien hace ostentación de los propios dotes y de sus buenas acciones, comete una especia de idolatría, que es el más grande de los pecados, porque llega a negar la gracia de Dios, se atribuye lo que únicamente es don de Dios”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida más ejemplar resulta vacía si le falta amor.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Debemos a menudo meditar la Pasión del Señor. De ello debemos servirnos como de un sudario, para secar el sudor de nuestras fatigas y la sangre de nuestros sufrimientos. En toda prueba debemos recordar los ejemplos de paciencia que nos dio Jesús.”