lunes, 5 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN (5)



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que eres uno con el Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.  Con el ángel del Portugal y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

5.-JESUCRISTO ES VERDADERAMENTE Y TOTALMENTE NUESTRO.
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Haciéndose hombre he aquí que, Él, el Eterno, el Inmenso, el Creador y Señor del universo, el Rey inmortal de los siglos, es nuestro amigo, nuestro hermano, el compañero de nuestro exilio. Desde ese día, hasta el fin de los tiempos, Él no nos abandonará más, viviendo primero treinta años de nuestra vida mortal y luego, haciendo morada entre nosotros bajo los velos Eucarísticos: Naciendo se hizo nuestro compañero.
Con una delicadeza de amor todavía más singular, Él se convertirá en nuestro alimento. Nada es para nosotros más íntimo que el alimento, ya que asimilándose a nuestra sustancia conserva y renueva nuestras fuerzas. Y es justamente bajo esta forma que Jesús quiere pertenecernos: al comerlo se hizo nuestro alimento.
No es suficiente. Sobre la Cruz Él se hará nuestra víctima. Para redimirnos del pecado y de la muerte Él derramará hasta la última gota de su sangre y sacrificará su vida, constituyéndose en precio de nuestro rescate: muriendo se entrega como precio del rescate.
Finalmente, después de haberse entregado a nosotros de todas estas maneras, Él coronará sus beneficios dándose a los elegidos en los esplendores de la gloria para ser su recompensa eterna: se hace nuestro premio.
Sí, Jesús desde ese día es nuestro, verdaderamente nuestro, totalmente nuestro. Él sea todo para nosotros. ¡Feliz quien llega a comprenderlo, y comprendiéndolo, no busca, no desea, no quiere sino a Jesús!

ACTO FINAL DE REPARACIÓN
Enseñando por el ángel a los niños de Fátima
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.