viernes, 21 de julio de 2017

“HIJO DEL HOMBRE.” Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.



 
“HIJO DEL HOMBRE.” Reflexión diaria acerca de la Palabra de Dios.
En los Evangelios al menos 74 veces, pero también en el Antiguo Testamento, aparece con frecuencia la expresión “hijo del hombre” que significa un ser humano, un individuo.
Antes de Jesús, esta expresión aparece en el libro de Daniel donde el profeta contempla la visión de un personaje misterioso, como un hijo de hombre, que viene sobre las nubes del cielo en presencia de Dios. Es una imagen del pueblo de los santos; el pueblo de Israel perseguid y después exaltado. Los apócrifos de Henoc y el 4º de Esdras, el Hijo de hombre, aparece como un ser celestial que vendrá a juzgar y a cumplir los designios de Dios.
Jesús utilizará muchas veces esta expresión para referirse a su naturaleza humana:
«Las zorras tienen madrigueras, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Mt 8,20). También cuando anuncia su pasión: El Hijo del hombre va
a ser entregado en manos de los hombres (Mt 17,22). Y al mismo tiempo la utiliza para referise a su glorificación: El Hijo del hombre está a punto de venir con la gloria de su Padre» (Mt 16,27).
En el Evangelio de san Mateo; el Hijo del hombre, Jesucristo, es el que tiene poder para perdonar los pecados y es señor del sábado. Así mismo es el rey pastor que vendrá con gloria y poder para separar a los ovejas de las cabras según haya vivido la caridad.
El Hijo del hombre se identifica también con el Siervo de Dios del profeta Isaías, martirizado en expiación por el pecado del pueblo y después es exaltado.
San Marcos se sirve de este título para subrayar el misterio de la persona de Jesús: tiene el poder divino de perdonar los pecados, pero al mismo tiempo debe «padecer mucho, ser rechazado y, a los tres días, resucitar. Un Mesías no triunfalista que será confesado por el centurión: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
San Lucas refiere este título a Jesús como juez poderoso que inicia el periodo último de la historia de la salvación, sin por ello referirlo también a su condición humana y redentora.
San Juan en su Evagenlio lo emplea más frecuentemente para referirse a la exaltación y glorificación de Jesús.
En conclusión y corrigiendo algunas posturas exegéticas incorrectas: Jesús es el Hijo del hombre y cuando en sus palabras utiliza esta expresión se refiere a sí mismo. Con la Iglesia confesemos la fe de siempre: Creo en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.