viernes, 16 de marzo de 2018

TENÍAN, PUES, ESPERANZA, PORQUE ERAN AMADOS DE QUIEN ES EL CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS Y LA SALUD DE LOS ENFERMOS. San Agustín



COMENTARIO AL EVANGELIO CATENA AUREA

VIERNES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA
Forma extraordinaria del Rito Romano

Comentario de San Agustín In Ioannem tract.,49.
La resurrección de Lázaro es el milagro que más se publica entre todos los que hizo el Señor. Pero si nos fijamos en quién lo hizo, más bien debemos alegrarnos que admirarnos. Resucitó al hombre el que hizo al hombre, y más es crearlo que resucitarlo. En Betania había enfermado Lázaro; por eso dice: "De Betania, aldea de María y de Marta", etc., cuya aldea estaba próxima a Jerusalén.
Ellas no dijeron, ven y sánalo; ni se atrevieron tampoco a decir: mándalo desde ahí y aquí se hará la curación. "He aquí que el que amas está enfermo"; como diciendo: basta que lo sepas, porque no amas y abandonas.
Porque la misma muerte no era para la muerte, sino para hacer un milagro, mediante el cual los hombres creerían en Cristo y evitarían la verdadera muerte. Por eso el Señor añade: "Sino para gloria de Dios", en donde indirectamente el Señor se llama a sí mismo Dios, contra los herejes que dicen que el Hijo de Dios no es Dios. Escucha las palabras que siguen, y que se refieren a la gloria de este Dios: "Para que sea glorificado el Hijo de Dios por ella", esto es, por la enfermedad.
Él enfermo, ellas tristes, todos amados. Tenían, pues, esperanza, porque eran amados de quien es el consuelo de los afligidos y la salud de los enfermos.
Dijo que dormía y era verdad, porque dormía para el Señor y sólo estaba muerto para los hombres, que no podían resucitarlo. Pero el Señor lo resucitaba del sepulcro con tanta facilidad como tú no tienes cuando despiertas a un hombre que duerme. Luego en virtud de su poder dijo que dormía, conforme a lo que dijo el Apóstol (1Tes 4,12): "No quiero que ignoréis respecto a los que duermen". Los llamó dormidos porque predijo que habían de resucitar. Pero así como entre los que diariamente duermen y se despiertan, cada uno sueña -unos tienen sueños alegres, otros atormentadores-, así, cada cual tiene su razón para dormir y su razón para levantarse.

El había sido anunciado como enfermo, no como muerto. Pero ¿qué podía estar oculto a los ojos de Aquel que lo había creado, y a cuyas manos había ido el alma del difunto? El les dice: "Me huelgo por vosotros de no haber estado allí, para que creáis", a fin de que empezaran a admirarse de que el Señor decía que había muerto sin haberlo visto ni oído. Aquí debemos recordar que la fe de los discípulos aún se estaba formando por medio de milagros. No comenzaba la fe en ellos, sino que se desarrollaba. Las palabras "para que creáis" quieren decir: para que creáis con más fuerza.